Ciencia


Un faro en el universo

Una poderosa señal luminosa, proveniente de una galaxia lejana, ha podido ser captada y estudiada por un telescopio de última generación. Pero esto es sólo un pequeño paso en la exploración del espacio exterior.

El telescopio espacial Hubble, perteneciente a la NASA, ha captado un extraño haz de luz formado por electrones y partículas subatómicas, procedente de una galaxia que se halla a 50 millones de años luz de la Tierra y en cuyo centro hay un inmenso agujero negro. 

Los astrónomos que trabajan con el telescopio espacial señalaron que el haz de luz se encuentra a unos 5.000 años luz y tiene una longitud de unos 10 billones de kilómetros.

El haz de luz, de apariencia similar a la de un reflector en la noche, parte del centro mismo de la galaxia M87, donde hay un agujero negro que ha tragado 2.000 millones de veces la masa de nuestro Sol.

El origen de este fenómeno hay que buscarlo en el disco de gases calientes que giran en torno al agujero y que es impulsado por los intensos campos magnéticos atrapados dentro del plasma. La luz que puede verse (y su radio de emisión) es producida por los electrones que se retuercen a lo largo de las líneas del campo magnético en un proceso conocido como radiación sincrotrónica y que da al haz su tonalidad azul.

Los astrónomos señalaron que la existencia del haz de luz no es nada nuevo, pues ya había sido advertida a comienzos de siglo, y que el telescopio espacial Hubble sólo ha confirmado su existencia y puesto fin al misterio sobre su origen: el agujero negro en la galaxia M87, también conocida como NGC 4486. 

Pero, por más avances en el avistamiento de señales lejanas al planeta Tierra, las galaxias que forman el universo tienen, todavía, un denominador común para la mente humana: la distancia. (EFE)