Ciencia


La genética y la evolución humana

Una característica genética permitiría rastrear los antepasados del hombre hasta llegar a unas pocas especies de homo sapiens. La teoría, sin embargo, cuenta con detractores y pruebas que la refutan.

Científicos norteamericanos han convulsionado el mundo de la ciencia al presentar una nueva explicación sobre el pasado del hombre actual. Aunque cueste creerlo, el vasto conglomerado de pueblos y razas que habitan actualmente el planeta, descendería de dieciocho mujeres y diez hombres.

Los investigadores, pertenecientes a las universidades de Emory y Stanford, pretenden esbozar lo que podría ser el árbol genealógico de la humanidad. En los extremos de dicho árbol, se encontrarían 18 linajes de mujeres, y diez de hombres. Ese habría sido el punto de partida desde el cual la raza humana se habría dispersado por todo el planeta.

Pero ¿cómo fue posible llegar a dicha conclusión?

Dentro del bagaje genético con que cargamos, existen ciertos elementos cuya perduración en el tiempo, sin sufrir grandes mutaciones, permite trazar vectores hacia puntos más lejanos en el pasado. Este es el caballo de Troya de los científicos estadounidenses.. 

Dentro de la herencia genética que un embrión humano recibe en el mismo momento de concebirse, se encuentra la mitocondria, transmitida por vía materna. Esta última permanece inalterada, la mezcla de genes paternos y maternos que se produce en el nuevo embrión, no afecta a la mitocondria. 

Esta capacidad para permanecer inalterable, sólo es afectada por pequeñas variaciones que se van produciendo con el tiempo. Los mecanismos por los cuales las células humanas se copian, se van repitiendo con pequeñas "fallas", para decirlo en términos vulgares. Esas fallas, son cambios que se irán gestando hacia el futuro.

Es así que, de menos de veinte homo sapiens de sexo femenino, y diez de sexo masculino, existentes hace 200.000 años, pueden llegar a descender las razas actuales. Los genes masculinos también tienen elementos cuya performance es similar a la de la mitocondria de sus pares femeninos. 

La evolución, a larguísimo plazo, de estas "claves", junto con los procesos de dispersión geográfica que caracterizaron al hombre primitivo, se habrían encargado del resto de la historia. Esta teoría tiene sus detractores. Artículos publicados por la revista Science, cuestionan la capacidad del código genético de la mitocondria para permanecer inalterado, sin mezclarse nunca con genes masculinos.

Estudios realizados en hombres y chimpancés, probarían el mestizaje genético, aun dentro de la mitocondria. Basta probar esto, para derrumbar la teoría de los científicos norteamericanos.

La puja por la verdad, recién comienza.